miércoles, 26 de diciembre de 2007

Amigdalitis

Las amígdalas son dos pequeños nódulos de tejido linfático que se encuentran en la pared posterior de la faringe y que forman parte del sistema inmunitario. Están en contacto con cuanto ingerimos por nuestra garganta, y tienen una función de defensa contra las infecciones locales. Por una parte destruyen los organismos que penetran por nuestra garganta y por otra producen anticuerpos que nos ayudan a mantener la inmunidad.

Las amígdalas crecen rápidamente durante los primeros años de vida, ya que el organismo no tiene aún maduras sus defensas generales, por eso es normal que su tamaño disminuya durante la pubertad.

Síntomas de la amigdalitis
Cuando las amígdalas se infectan (amigdalitis), se inflaman produciendo dolor al tragar, síntoma inequívoco de su presencia. Otros síntomas pueden ser: malestar general, lengua blanquecina, halitosis, dolor de oído, dolor al mover la cabeza debido a una posible inflamación de los ganglios del cuello e incluso dolor abdominal, aunque éste último suele ser más habitual en los niños que en los adultos. Los niños también suelen desarrollar fiebre más alta que los adultos, lo cual incrementará las probabilidades de vómito.

Causas
La amigdalitis es infecciosa y está causada normalmente por una bacteria, aunque también puede ser causada por un virus. En este último caso, los síntomas son menos intensos y duran menos tiempo, mientras que en las amigdalitis bacterianas además de los síntomas ya descritos es habitual la aparición de placas blanquecinas de pus.

Tratamiento
Lo más efectivo para aliviar esta enfermedad es llevar una dieta blanda y beber abundantes líquidos. La ingesta de yogures, por ejemplo, puede ayudar a recuperar las bacterias benéficas del intestino. Para los dolores o la fiebre lo más recomendable es el paracetamol, aunque será su médico o farmacéutico quien mejor le oriente en los antibióticos a tomar.
Alternativas naturales para aliviar el dolor de garganta son: tomar bebidas calientes de limón y miel, infusiones de té, y como no, aumentar la ingesta de vitamina C y de ajo. Este último tiene muchas propiedades medicinales, entre ellas combatir la infección de las amígdalas.

Amigdalectomía
En ocasiones, cuando el paciente sufre reiteradamente de amigdalitis puede ser que la mejor solución al problema sea la extracción de las amígdalas o amigdalectomía, aunque dada la gran efectividad de los antibióticos actuales, esta operación sólo se lleva a cabo en casos graves y/o muy recurrentes.

La amigdalectomía se realiza bajo anestesia general, y consiste en disecar las amígdalas y separarlas de la pared de la faringe, a continuación se ligan los vasos sanguíneos con sutura para impedir la hemorragia.

Pasadas dos semanas después de la operación el paciente estará totalmente recuperado pudiendo realizar vida normal, si bien es verdad que los niños se recuperan mucho antes que los adultos en este tipo de intervenciones quirúrgicas. Pese a ello, no es recomendable operar a niños menores de cuatro años.

Fuente: mujeractual.com

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