viernes, 11 de enero de 2008

Extracción de la leche materna

Para las mamás que trabajan, es indispensable saber que existe la posibilidad de extraerse la leche, y almacenarla. Y para las que no trabajan, también es importante ya que nunca falta un imprevisto que nos obliga a separarnos algunas horas de nuestro bebé, y de esta manera podemos irnos tranquilas sabiendo que igual recibirá su alimento.

También es útil en las primeras semanas posteriores al parto, para aliviar la congestión de los pechos, o cuando el bebé es prematuro o está internado. O también puede ocurrir que la mamá deba tomar un medicamento por un tiempo o someterse a una intervención quirúrgica, y en estos casos, tener leche almacenada es de gran utilidad, y mientras nos extraemos, mantenemos la producción de leche.

Lo primero que hay que hacer es prever la situación, y comenzar a practicar con anticipación las maniobras de extracción de la leche, para estar "cancheras" cuando llegue el momento, y para que no surjan imprevistos.

Para algunas mamás es más fácil sacarse la leche a mano. Si este es tu caso, hay algunas cosas que debés saber:

  • Lavarse muy bien las manos antes de comenzar.
  • Masajear suavemente los pechos para estimular el reflejo de bajada de la leche (también puede ser después de una ducha tibia, o aplicando paños tibios durante algunos minutos).
  • Tomar el pecho con la mano, colocando el pulgar por encima de la areola ( la zona coloreada alrededor del pezón) y los demás dedos por debajo, como formando una letra "C".
  • Empujar con los dedos hacia el cuerpo y tratar de juntar el pulgar y el índice. Repetir esta maniobra rítmicamente.
  • Cambiar esta posición hasta vaciar todos los conductos rotando los dedos.
Pensar afectuosamente en el bebé, mirar una foto si no lo tenemos cerca, ayuda mucho a iniciar el reflejo de bajada de la leche, sobre todo si el bebé es prematuro y no podemos tener mucho contacto piel a piel. Una ropita con su olor, o un peluche de los que ponemos en su cunita pueden ser de gran ayuda.

Otras mamás encuentran más fácil el uso de sacaleches manuales, de fácil adquisición en farmacias y negocios para bebés. Para utilizarlos, se deben seguir los pasos 1 y 2 igual que para la extracción manual.

También existen bombas sacaleches, que pueden comprarse o alquilarse y que facilitan bastante la extracción para las mamás a quienes les resultan difíciles los otros métodos.

Una vez que encontramos un método adecuado para nosotras, es importante buscar un momento del día en el que nos sintamos cómodas para hacerlo y en el que tengamos buena producción de leche. Por ejemplo, las últimas horas de la tarde no suelen ser un buen momento ya que a la mayoría de las mamás les disminuye la producción de leche.

Para saber cuánta leche necesitará nuestro bebé, debemos almacenarla en recipientes pequeños, e ir probando cada vez hasta tener una idea de cuánto consume nuestro bebé en cada toma.

Cuando llega el momento de irnos a trabajar, lo último que haremos antes de abrir la puerta será despertar al bebé y darle de mamar. Y al regresar, lo primero que haremos será amamantar nuevamente al bebé. Si el bebé es más grande y el pediatra lo autoriza, la persona que lo cuida puede "entretenerlo" con otro alimento hasta que lleguemos, para evitar así el uso de mamaderas.

En cuanto a nosotras, todo depende del tipo de trabajo que hagamos, y de las horas que estaremos fuera de casa. Lo ideal sería poder extraerse leche en el trabajo para evitar la congestión de los pechos, y para mantener la producción de leche. Si disponemos de una heladera en la oficina, o en algún negocio vecino, podemos conservar esa misma leche para dársela al bebé al día siguiente. SI no existe esa posibilidad, debemos descartarla.

Un dato de interés: En nuestro país, el artículo 179 de la ley de contratos de trabajo Nº 20744 dice que "la madre del lactante podrá disponer de dos descansos de media hora para amamantar a su hijo en el transcurso de la jornada de trabajo". Hacé respetar esta ley, y respetate ese tiempo para ti misma.

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